SOMBRAS

Somos sombras chinas
colocadas de forma especial en la pared,
manos,
combinación perfecta que forma falsa belleza
reflejo de algo que no es.
Fui yo la que sugirió cambiar la fórmula, 
decir no a las instrucciones
y continuar siguiendo no más orden
que el boom boom de mi corazón,
y sin darme cuenta yo cometí el error,
no tú,
fui yo la que enlazó su alma,
en vez de sus dedos
con tu fina mano férrea.
No tú.
Tú siempre lo supiste,
entendiste el funcionamiento mejor que yo,
y hoy veo que te he estado culpando
cuando solo yo decidí arriesgar
y sin embargo, solo yo fui quien perdió.
Al mirar las paredes de mi cárcel,
no veo la representación,
solo veo a una mujer destrozada,
la sombra de lo que fue,
ni rastro de ese todo
que en un principio quisimos crear.
Nada hubiera preferido que vivir a tu lado,
te idolatré.
No entendía que yo era una, entera,
y el querer convertirme en tu mitad
me desgarró.
Somos sombras, sí, lo somos,
pero son mis manos las que nos conforman, 
y tras tanto tiempo su fuerza cesó
y las tuyas nunca las quisieron ayudar.
Nuestra figura, no se reflejó,
y nunca lo hará.